Por quê eua comprou o alasca

El territorio ahora conocido como Alaska pertenecía al Imperio ruso desde que algunos exploradores y comerciantes se asentaron allí y fundaron la Compañía Rusa Americana en 1799, que operaba como monopolio comercial gobernante. Esas colonias rusas eran las más alejadas de San Petersburgo, la capital del Imperio, por lo que era muy difícil abastecerlas y protegerlas de las aspiraciones de imperios rivales como el británico. Esto, junto a las dificultades financieras que Rusia tenía tras la guerra de Crimea de 1853, motivaron su venta. 

El acuerdo fue orquestado por el ministro ruso Eduard de Stoeckl y el secretario de Estado estadounidense William H. Seward, con el apoyo del senador Charles Sumner. Según Seward, ese nuevo territorio beneficiaba a los intereses estratégicos de Estados Unidos y casaba con su política de expansionismo: en las décadas anteriores se habían hecho con Oregón, Texas y California. El control sobre la región les aportaría nuevas materias primas, permitiría abrir rutas comerciales con Asia y significaba ganar terreno a las monarquías en el continente. El tratado de compra se logró el 30 de marzo de 1867 por 7,2 millones de dólares de la época, el equivalente a unos 140 millones actuales. 

La “locura de Seward”

Pese a las críticas al proyecto, al que denominaron “la locura…”, “la nevera…” o incluso “el jardín de los osos polares de Seward”, los argumentos del secretario de Estado y el discurso de Sumner convencieron al Senado, que ratificó el acuerdo de compra el 9 de abril. Estados Unidos llamó a su nueva adquisición “Alaska”, derivado del aleutiano alaxsxaq o Alyeska, que significa ‘tierra principal’ o ‘tierra grande’ en el idioma de los nativos de las islas Aleutianas.

No obstante, el día en que se conmemora la compra es el 18 de octubre, cuando tuvo lugar la ceremonia oficial de transferencia del territorio. Desde entonces en esa fecha se celebra la fiesta regional del Día de Alaska. Aun así, el pago no se formalizó hasta 1868, debido a maniobras de miembros de la Cámara de Representantes para entorpecerlo. La mayoría de los rusos se marcharon de Alaska, y las poblaciones nativas —unas 50.000 personas— pasaron a estar bajo la vigilancia del distrito militar en el que se convirtió la región y de la Oficina de Asuntos Indios. 

Los nativos no lograron la ciudadanía hasta 1924 y sufrieron el expolio y contaminación de sus tierras, así como campañas de erradicación de sus culturas y lenguas. Con la Ley Antidiscriminación de 1945, vieron reconocidos sus derechos civiles y mejoraron sus condiciones de vida. Sin embargo, hoy en día muchos líderes nativos siguen denunciando abusos y exclusión.

Una tierra para buscadores de oro, militares y petroleros

Con el tiempo, Alaska ha demostrado ser una compra muy rentable. El descubrimiento de oro provocó una fiebre y causó la primera explosión demográfica de la región: entre 1888 y 1900, más de 160.000 personas marcharon al norte en busca del preciado metal. La llegada de los buscadores dinamizó la región y atrajo a más gente, parte de la cual acabó obteniendo tierras y quedándose. La búsqueda de oro también contribuyó a la imagen de Alaska como “última frontera”, un territorio inhóspito y salvaje, que inspiró clásicos de la literatura estadounidense como las novelas de Jack London. 

Durante la Guerra Fría, Alaska adquirió un gran valor estratégico. Por un lado, su proximidad a la Unión Soviética hacía temer un ataque transpolar, lo que llevó a reforzar la fuerza aérea en el territorio. Por otro, sus vastas y aisladas tierras, ricas en materias primas, eran perfectas para el desarrollo de las industrias militar, nuclear y química, así como para el entrenamiento de soldados. Así, el segundo pico de crecimiento demográfico lo provocaron los militares trasladados y sus familias, propiciando que en 1959, casi cien años después de su compra, Alaska se convirtiera en el estado número 49 del país.

Con el desarrollo de los misiles balísticos, la importancia estratégica de Alaska decayó y la presencia militar se redujo. El estado pasó a centrarse en la extracción de gas y petróleo, que ahora suponen el 20% de su PIB. Y podría producir mucho más, pero con el riesgo de dañar sus ecosistemas, un equilibrio que no ha sido capaz de encontrar. Con todo, la “nevera de Seward” ha probado ser una inversión valiosa para Estados Unidos.

Você sabia que o Alasca já pertenceu a Rússia? O estado foi vendido aos Estados Unidos em 1867, em meio a um período de crise na Rússia, já que na segunda metade do século XIX, o império russo enfrentava graves problemas financeiros.  

Para fugir de confrontos e de perdas territoriais, o imperador da Rússia decidiu que seria melhor vender o Alasca aos Estados Unidos. Na época, a região era uma imensidão isolada que parecia não ter muita utilidade econômica. Após negociações, a Rússia decidiu vender o Alasca para os Estados Unidos por US$ 7 milhões.  

Anos depois, os Estados Unidos descobriram um enorme depósito de recursos naturais no Alasca, principalmente muito ouro. Além disso, em meados do século XX, petroleiras encontraram enormes reservas no norte do estado que, desde então, tem sido exploradas de maneira intensa e rendem milhares de dólares aos Estados Unidos. 

Quer saber mais sobre essa negociação entre Rússia e Estados Unidos? Assista ao vídeo exclusivo da BM&C News abaixo:  

Por que os Estados Unidos compraram o Alasca?

A compra, disse o editor do New York Herald, era um modo do Czar fazer entender ao Reino Unido e à França que não tinham "atividades no continente norte-americano." "Em resumo, era uma manobra de flanco" sobre o Canadá, como disse o New York Tribune.

Porque a Rússia vendeu o Alasca para os EUA?

Para fugir de confrontos e de perdas territoriais, o imperador da Rússia decidiu que seria melhor vender o Alasca aos Estados Unidos. Na época, a região era uma imensidão isolada que parecia não ter muita utilidade econômica. Após negociações, a Rússia decidiu vender o Alasca para os Estados Unidos por US$ 7 milhões.

Como os Estados Unidos conseguiu o Alasca?

Contudo, em março de 1867, o Império Russo assinou um acordo de venda dos seus territórios americanos (o Alasca e as Ilhas Aleútes) aos EUA, pela módica quantia de 7 200 000 de dólares (ou seja, cerca de dez centavos por hectare, se for dividido o montante pela área do território vendido).

De quem os usa compraram o Alasca?

No dia 30 de março de 1867, o então presidente dos Estados Unidos, Andrew Johnson, apresentou ao Senado uma proposta de compra de 1,5 milhão de quilômetros quadrados do Alasca, que na época pertencia à Rússia.